viernes, 11 de septiembre de 2015

Experiencia #21kBsAs

Voy a hacer un breve resumen de mi experiencia de haber corrido la Media Maratón de Buenos Aires 2015. No voy a buscar impactar con frases emotivas, momentos de heroísmo ni con una literatura profunda, simplemente compartir lo que pude vivir el domingo 6 de septiembre.



La alarma del reloj clavadita a las 5am ya que sólo había que desayunar, cambiarse y esperar que me pasen a buscar. Esas son las ventajas de dejar todo armado la noche anterior para que no haya imprevistos. Como en todos los eventos masivos, no importa la hora o el lugar, el auto hay que dejarlo a varias cuadras ya que en las cercanías los trapitos tarifan la voluntad de que te cuiden el auto.

Como siempre, ya una hora antes la zona de Running teams es un mar de gente que calienta, elonga, toma agua, charla y todo eso junto. Dejé mi bolsito en la carpa del DF TRAIL RT y empecé a mover el esqueleto para entrar en clima, cometiendo el ¿Error? de ir a posicionarme a la largada sólo 15 minutos antes del comienzo. El corralito rosa parecía el subte D a las 6 de la tarde saliendo desde Catedral. Tumulto de gente, avalanchas, empujones y demás cosas lindas. Obviamente no había nadie en la puerta del corralito controlando que todos entren en el sector que les corresponde. Demás está decir que es una formalidad, ya que en la entrega de kits uno puede decir que va a correr como Haile Gebrselassie y la realidad es que uno corre como la mujer araña.

Cronómetro en 0 y puntualmente se larga la carrera. Para esta carrera estaba estrenando un humilde Garmin Foreruner 10. Parece un pequeño paso, pero es un gran salto para el corredor. Pasar de correr a ritmo por sensaciones y poder chequearlo cada un kilómetro a correr e ir chequeando el ritmo con sólo mirar el aparatito es un gran avance para mi rusticidad runner.

Volviendo a la carrera, el primer kilómetro fue lento, esquivando gente, acelerando, frenando, buscando el hueco para pasar. También viendo como un ¿Runner? mala leche, al mejor estilo Orión le tira una patada de atrás a otro que sin querer se le cruzó en el camino, lástima que no recuerdo el número de corredor. Como decía el primer km fue lento e hice un parcial de 5min/km, pero por suerte a partir de ahí me pude poner en el ritmo pensado y hacer casi todos los parciales en 4:40min/km algunos unos segundos más rápido, otros un poco más lento.

Si bien uno va concentrado manteniendo el ritmo y sensaciones, el circuito es tan lindo que siempre es bueno poder distraerse un poco y disfrutar de la ciudad de Buenos Aires desde una mirada diferente. No todos los días se puede correr por el medio de Libertador, la 9 de Julio, Av. de Mayo, etc. Volviendo a mi experiencia, hasta el kilómetro 11 fue un paseo, excelentes sensaciones. Cada vez que corro esta carrera (creo que fue mi 5ta media de Bs.As) sufro mucho (casi que me desmoraliza) la parte de la autopista, por lo que esta vez fui mentalizado a para roperla. Se ve que mi cerebro lo sabía y es por eso que en el kilómetro anterior (el 12) se me cayó un poco el ritmo, pero al entrar en la cantilo inflé el pecho y le metí piernas. Por suerte esta vez la concentración me ayudó a pasar ese tramo casi sin darme cuenta. El túnel de Sarmiento como siempre se baja a pura velocidad y se sube con el envión tomado, así que se pasó tranquilo. De ahí a encarar esa recta que parece eterna, desde Sarmiento hasta Monroe. El edificio de Aguas Argentinas parece interminable. En el km 19 hubo un pequeño percance, el agua que agarré parecía cerrada y sellada al vacío, imposible de abrir con las pocas fuerzas que quedaban, por lo que tuve que frenar 5 segundos para abrirla correctamente. Nada grave, por suerte enseguida me volví a poner en ritmo.

Y así fue como zancada a zancada me fui acercando a la meta. Maldito el 3er arco (el de Clarín) que pusieron en esta edición, haciéndome confundir en el sprint final. Pese a eso salió una linda carrera en 1:38:22 apenas a 20 segundos del objetivo planteado. Obviamente le echaré la culpa a esos segundos perdidos en el primer kilómetro.  Eso sí, si me corrían el arco 50mts más adelante no llegaba.

El clima acompañó durante toda la carrera (Salvo un poco de viento de frente en la autopista), seguramente eso hizo que todos en el RT pudimos cumplir con los objetivos. El clima y el trabajo constante y a conciencia de cada semana, que es el pilar fundamental de este deporte. Nada se obtiene sin sacrificio.



Espero que les haya gustado mi crónica, sin filtro ni corrector. Y si alguno quiere compartir lo vivido, es bienvenido.
Saludos.

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