lunes, 1 de diciembre de 2014

EL SEGUIDOR SEGUIDO



Lo más interesante de este tuit es la pequeña conversación que se llegó a generar en torno a él. Como podéis ver si pincháis arriba, Juan Ignacio Arano (@ringoharrison) arrancó y varios tuiteros se sumaron después. El tema era si los clubes deportivos deben o no seguir a aquellos que les siguen en redes sociales.

No es algo nuevo, desde luego. Y argumentos a favor de hacerlo hay tantos como los que existen en contra. A favor podemos encontrar esa demostración de interés hacia quien lo tiene en ti, favorecer el diálogo y la interacción o el volumen de información que el club puede conseguir con ello. En contra, el incremento de trabajo para el CM en cuestión, la “pérdida de valor” de la cuenta por seguir a demasiada gente (un follow demasiado fácil, “barato” o de cara a la galería) o el hecho de que realmente no sea necesario seguir a alguien para estar al tanto de lo que se piensa del club o conversar con sus seguidores.

Mi opinión personal es que hacerlo puede tener más de positivo que de negativo. La principal razón puede ser ese refuerzo emocional que recibe el aficionado que ve cómo el club de sus amores le sigue. Ahora bien, 1) si se hace, debe hacerse (como todo) en base a algún objetivo concreto y 2) no es necesario (ni recomendable) llegar al ratio 1/1. Sobre lo primero, debe tenerse claro para qué se quiere seguir a quien se sigue. ¿Quiero que cada seguidor del club se sienta reconocido, intento llegar a cada uno de ellos de manera individual, necesito saber qué les interesa, estoy buscando influencers…? En función de la meta (o metas) debería poder marcarse un número óptimo de perfiles a los que seguir, teniendo además en cuenta los recursos humanos y logísticos del club para tratar ese volumen de información que va a llegar.

Esto nos lleva a la segunda parte: con clubes que tienen miles y miles de seguidores, un ratio de seguimiento 1/1 sea probablemente inmanejable con un nivel medio o normal de recursos. Además, entre los seguidores en Twitter siempre hay cuentas inactivas, falsas o incluso seguidores de clubes rivales. Seguidores, en todo caso, de poco o ningún valor real para la entidad en cuestión. Por ello, creo que es mejor seguir “selectivamente” a aquellos que interactúan de forma habitual, que retuitean, que mencionan, que inician conversaciones… Digo seguir, no analizar o tener en cuenta. Esto último hay que intentar hacerlo con el global de seguidores o aficionados, ya que todos aportan algún tipo de información. Pero, aquellos a los que me refería anteriormente, además están creando valor directamente en redes sociales y es justo que se les reconozca y se les incorpore/fidelice de alguna manera para la causa. Cuanto más se consiga que crezca este grupo “real”, seguramente mejor para todos.

De cualquier forma, cada caso es un mundo. No creo que sea sota, caballo y rey. Hay casos de éxito con cuentas que no siguen a nadie y cuentas que no funcionan a pesar de seguir a todo el mundo. Lo principal pienso que es el análisis previo para definir unos objetivos claros. La estrategia siempre puede variar.

Por @cachorro_d
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